A pesar de una mayor inversión en educación en varios
países de América Latina, no se manifiesta un avance sustancial en la
educación. Las empresas conocen que la educación es el principal motor para el
desarrollo de los países en relación al bienestar. Parece saber que todos
están de acuerdo en que una población con mejor educación se traduciría
es un país mas desarrollado. Lo preocupante es que ni los expertos en el tema
ni los que influyen en la política creen que pese a los avances en la
tecnología de la información, la educación no va a mejorar en los países de
América Latina en los siguientes años.
Se dice que la globalización puede medirse en
cuanto a su extensividad, intensidad, velocidad e impacto. Hablando de impacto,
podemos dividirlo en decisional, institucional, distributivo y estructurales,
siendo los dos primeros directos y los segundos indirectos. Ante estos tipos de
impactos, se observa que un efecto directo de la globalización en la educación
es la descentralización de la educación, que aunque interesante a futuro, no
necesariamente indica una mejora en la educación, por el tipo de políticas que
necesariamente debe modificar.
Al hablar de Efectos de la globalización en la
educación, uno de los aspectos mas importantes es el de la información, y es
que en los últimos años, gracias a la World Wide Web el acceso a gran cantidad
de información está al alcance de cualquier persona. Esto no significa que con
mucha información una persona adquiera mayor conocimiento, esto si no se logra
dirigir al estudiante sobre los procesos de captación de información eficaz. Es
por eso que el alumno debe poseer la capacidad de discernir entre una gran
cantidad de información.
La globalización ha
causando también cambios de tipo estructural. Ciertos empleos han desaparecido
al tener una mayor conexión a través de internet ciertos tipos de mercado, y los empleos persistentes se han tenido que
modificar en cuanto a las competencias necesarias para desarrollarlas. Estos
cambios generan un conflicto en el área de las escuelas, que son fuente de
formación de estos nuevos trabajadores, donde ahora se ven en la necesidad
constante de estar modificando el perfil del egresado, que vaya de la mano de
las necesidades del mercado laboral. Aunque uno pensaría que esto implica que el
estudiante tenga que estudiar más años, como ha sucedido en décadas pasadas,
actualmente el estudiante mas bien requiere una participación como “analista
simbólico”, donde no interesa el certificado académico, si no la capacidad
creativa de resolver problemas relativamente nuevos para las competencias que
se dominan actualmente. Esto podría traducirse en el fin de la carrera
profesional.
Hemos visto que ha sido
complicado en las Universidades de América Latina responder a ese cambio
necesario frente a la globalización. No solo frente a las TICs, que
constantemente están evolucionando, sino también a ese cambio de mentalidad
necesario post-nacional, que aproveche todas las potencialidades de los recursos
capaz de competir con las Universidades del resto del mundo.
Referencia bibliográfica.
Brunner, 2000. Globalización y el futuro de la educación: tendencias,
desafíos, estrategias. Seminario sobre Prospectivas de la Educación en América
Latina y el Caribe, Chile