martes, 13 de octubre de 2015

Los cirujanos, ¿deben ser maestros para poder enseñar?

Esa es la pregunta que resume mi tesis de investigación hasta ahorita en la maestria de educación. El maestro Israel Huerta, quien es mi asesor de tesis, me ha dejado leer este artículo, que me ha servido para conocer primero, que alguien mas se ha hecho ya esta pregunta en el ámbito general de profesiones, mas no en el aspecto específico de el area quirúrgica. Les comparto el ensayo de este artículo de Tejada.

El término de competencias es complicado por el hecho de que en los últimos años ha ganado tal popularidad y se ha definido de muchas maneras, y el término de docente al igual puede variar en sus definiciones, por lo que la unión de los dos términos en sí nos habla de su complejidad, a toda vez que muchos autores que lo han tratado lo definen de varias maneras.
     No se trata solamente de ubicar la definición formal, si no aterrizarla en el contexto actual, en base  a la sociedad del conocimiento, tecnologías de la información y las limitaciones del entorno del mismo docente, donde este se enfrenta a la destreza de demostrar dichas competencias. Podemos definir al docente como toda persona involucrada en la gestión de una formación.
     Es necesario comprender que en el desarrollo de dicha formación están involucradas personas con diferentes profesiones, diferentes recorridos de formación, por lo que se vuelve necesario la necesidad de concreción de una familia profesional y establecer las competencias docentes del perfil profesional.
     Tejada expone el decálogo de competencias de los docentes de primaria descrita por Perrenoud (2004:15-16) aunque especifica que estas deben adaptarse al contexto donde se actúa.
     Tejada es muy claro al exponer que el profesional de la docencia universitaria, además de ser un experto en su disciplina, debe tener una amplia gama de competencias profesionales básicas. Dichas competencias son:
  1. Conocimiento del proceso de aprendizaje  del estudiante en contextos académicos y naturales.
  2. Planificación de la enseñanza y de la interacción didáctica.
  3. Utilización  de métodos y técnicas didácticas pertinentes.
  4. Gestión de interacción didáctica y de las relaciones con los alumnos.
  5. Evaluación, control y regulación de la propia docencia y del aprendizaje.
  6. Conocimientos de normas legales e institucionales reguladoras de derechos y deberes del profesor y el estudiante.
  7. Gestión de su propio desarrollo profesional como docente.
  8. Diagnóstico e identificación de necesidades y objetivos de innovación y mejora de su docencia y de su formación.
Se sabe que estas competencias deben ser mas específicas dependiendo del área de dominancia del profesor, por lo que Tejada menciona las competencias específicas que Perez (2005) da a cada una de las áreas en que se puede encontrar involucrado el profesor. Por dar un ejemplo, y teniendo en cuentas que son las que me interesan, se pueden mencionar las siguientes:
  1. Formación en contenidos científicos, didácticos y meteorológicos.
  2. Realización de proyectos innovadores propios de la Universidad.
  3. Desarrollo del pensamiento empírico ante las nuevas realidades.
  4. Impulso de la innovación y en la investigación científica.
Tejada menciona 4 puntos o funciones de actuación profesional: Planificación, desarrollo, evaluación 
gestión-coordinación y Investigación- innovación. Dicho puntos, aunque el profesionista en encuentre encerrado en un taller o aula como espacio de trabajo, al final en el proceso de formación de alumnos, debe de lograr dichas competencia.
     En conclusión, se vuelve necesario retomar la familia profesional, esto es, agrupar los diferentes perfiles necesarios para elaborar un plan de formadores. Es muy importante que en la formación esté involucrada la práctica, ya que tienen un valor de socialización e inserción profesional muy importantes.
     Tejada menciona los aspectos mas importantes para Donders (1999) que por su importancia me veo en la necesidad de mencionar los mas interesantes: Posibilidad de poder observar como enseñar, disponer de una sólida formación didáctica de base y la profesionalización del formador. 

Lo que rescato de este ensayo, es que si está definida la posición del profesional que se prepara en su ramo, y que al no ser docente, requiere en un momento de su vida, tener las competencias necesarias para poder enseñar. Y Tejada menciona en forma general dichas competencias. Ahonda un poco en las competencias dentro del área científica. Ahora lo que me falta investigar es si existen las competencias específicas en el área de la cirugía. 

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